La cogida del año
Sucedió así. Jimmy y Tony, amigos de años, decidieron hacer una escapada, a la montaña, durante un fin de semana. No era el primer viaje que hacían juntos, pero éste sería especial. Aunque al principio ninguno de los dos pensaba en otra cosa que recorrer el paisaje agreste y descansar, lo cierto es que Jimmy y Tony se tenían ganas desde hacía tiempo, y durante estas vacaciones encontrarían la oportunidad.
Los dos chicos habían rentado un jeep y se habían alejado de la zona turística, hasta hacer un alto en un páramo desierto. Tal vez haya sido la intimidad que les regalaba el valle, quizás el cálido sol del mediodía, la cuestión es que fue Jimmy quien tomó la iniciativa, y metió su mano por debajo del short de Tony, acariciando suavemente su pierna. Tony no se resistió. Al contrario, comenzó a desvestirse para que Jimmy continuara haciendo lo suyo con el terreno despejado. Cuando era evidente que los dos amigos estaban excitados, con sus vergas bien duras sobresaliendo de sus slips, decidieron volver al hotel para desahogarse en privado.
Ya en la habitación, no les quedó nada por probar. Jimmy abrió su boca para tragarse el tieso miembro de su amigo, una y otra vez. Por su parte, Tonny descubrió las increíbles caricias que la lengua de su amigo era capaz de regalarle, y tomó con sus manos la encrespada cabellera de Jimmy para dirigir esa gran mamada a su antojo. Así estuvieron un rato, hasta que Jimmy recordó el hermoso culo de su amigo y quiso explorarlo. Para eso, le pidió a Tonny que levantara sus piernas y dejara expuesto su orto. Jimmy tomó con sus grandes manos las dos nalgas de Tonny y las separó con cuidado, para comenzar a recorrer el rosado anillo de su amigo con la punta de su lengua, hasta que el otro comenzó a gemir de deseo.
Los besos y caricias que Jimmy le dedicó con tanto esmero calentaron a Tonny como nunca, tomando la iniciativa. Primero, acostó a su amigo boca arriba, para masturbarlo durante un buen rato, hasta que le suplicara que se detuviera o acabaría demasiado pronto. Luego, le ordenó que se diera vuelta, poniéndose en cuatro patas, y le ofreciera su culo para penetrarlo. Jimmy no lo dudó y, obedeciendo a su amigo, le entregó su culo y esperó ansioso el fuerte miembro de Tonny. Con suavidad, Tonny fue enterrando lentamente la cabeza de su pija en el pequeño ano de Jimmy. Con ternura, el activo controló su deseo y adecuó sus movimientos al pedido del pasivo, hasta que su ano se dilatara lo suficiente, para que ambos se sintieran cómodos y pudieran disfrutar.
Minutos más tarde, fue Jimmy quién le pidió a Tonny que aumentara la fuerza de sus embestidas, comenzando una danza violenta de salvaje deseo. Así fue que, durante casi media hora, Tonny cogió a Jimmy en cuatro patas, pero luego también lo dio vuelta, boca arriba, con sus piernas levantadas. Al rato, ya descontrolados para esta pasión que acababan de descubrir, también experimentaron con otra posición que se le había ocurrido a Jimmy. Éste apoyó su nuca y hombros sobre la alfombra del piso, su espalda contra el borde de la cama y las piernas hacia atrás, como en una especie de vertical. Al mismo tiempo, Tonny mantuvo sus rodillas apoyadas sobre el borde del colchón, sobresaliendo de la cama la mayor parte de su cuerpo y apoyando sus manos en la alfombra. De esta manera, podía penetrar el culo que Jimmy le ofrecía, desde las alturas de la cama. Increíble.
Con esta última posición, Jimmy no pudo aguantar más y eyaculó como nunca. Tonny, en tanto, sólo tuvo que acariciarse la verga dos o tres veces para acabar él también. La sincronía había sido casi perfecta. La cogida, la mejor del año.
– Leandro
Fotos: Cocky Boys
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