Miedo al compromiso ¿Qué somos?
Hace meses que salimos, nos besamos, nos abrazamos y dormimos juntos. Compartimos tiempo y espacio. ¿Qué somos? Esa es la gran pregunta.
Cuando estás conociendo a alguien te planteas qué va a pasar con esa relación. Simplemente os dejáis llevar, sentís, disfrutáis y nadie pone etiquetas. El problema viene precisamente cuando queremos ponerlas.
Mucha gente tiene verdadero terror a perder su libertad en pos de una relación de pareja. Sobre todo si es cerrada. Pero ¿tanto cambia la situación? Realmente no. ¿De qué depende entonces? Pues de algo muy sencillo y a la vez complejo: de lo que sintáis ambos.
Para mí una pareja de novios implica que están enamorados. Ese es el primer punto importante. Si sientes algo especial por alguien y es recíproco, el siguiente paso es ver qué proyectos de futuro tenéis en común. Y no es tanto irse a vivir juntos como planear cosas juntos. A mucha gente le aterra la convivencia, por eso es mejor ir poco a poco y ver qué tal funcionan esos fines de semana en casa, esos viajes en vacaciones, esas temidas reuniones familiares…
Si hasta ahí la cosa va bien, no dudes más, asúmelo: sois novios. Y si la cosa no funciona, siempre hay tiempo para echarse atrás y romper, pero estabilizar la situación ayuda a que también la relación sea más estable y gratificante. Porque tener un compañero en la vida, por mucho que nos machaquen con las eternas individualidades, no está tan mal como lo pintan. Es más, está de puta madre.