La obsesión de algunas religiones con la homosexualidad ha llegado a niveles de franca paranoia. Es el caso de la comunidad judía ultraortodoxa Gur Hasidim, quienes han prohibido a los estudiantes de escuela que coman productos de soya.
Los rabinos advierten que el consumo de soya podría conducir a una feminización de los varones y a una alta sexualización, derivando en la homosexualidad.
Para los líderes religiosos, basta comer soya un día a la semana para producir una “excitación indeseada” en los chicos. Según los rabinos, la soya contiene hormonas que aceleran la madurez sexual en los muchachos y contribuyen a desarrollar deseo sexual hacia otros hombres.
Este grupo de judíos son conocidos como “Gur”, “Ger” o “Gerren”, y de hecho condenan cualquier practica sexual sin fines reproductivos. Llevan a cabo una estricta separación entre hombres y mujeres, regulando incluso los encuentros sexuales entre esposos. Los Gur deben separarse del cuerpo de su esposa una vez llegado el orgasmo.
Abraham Benjamín Silberberg, llegó a advertir que cualquier contacto entre hombres podría derivar en el sexo gay, por eso ha sugerido prohibir los apretones de manos.
Fuente: Anodis