Se llama Thomas Neuwirth, pero desde el año 2011 se sube a los escenarios vestido de mujer y con una frondosa barba. Es el fenómeno mediático de su país, Austria, y está a un paso de la fama internacional gracias al festival de Eurovisión.
Conchita Wurst (traducido, Conchita salchicha) ha sido elegido de forma interna por la ORF, la televisión pública del país, para representar a Austria en el famoso certamen musical europeo que este año se celebrará en Copenhague del 6 al 10 de mayo. Wurst consigue así un sueño que llevaba persiguiendo desde hace mucho tiempo y que al fin ha alcanzado en plena borrachera de éxito.
Y es que, al principio, Conchita Wurst era en realidad Thomas Neuwirth, un veinteañero talentoso que decidió participar en 2006 en la tercera edición del programa musical «Starmania», donde quedó en segunda posición tras Nadine Beiler (la representante austriaca en 2011 en Eurovisión). Aprovechando el tirón de la fama, fundó una boy-band que, sin embargo, se disolvió ese mismo año. Tras cinco años del olvido más absoluto, Thomas Neuwirth, de profesión escaparatista, seguía convencido de que podía triunfar en el mundo de la música y para ello dio un giro de 180 grados a su imagen.
Con zapatos de plataforma rojos con purpurina, leggins de cuero y un vestido- todo ello en negro – en 2011 se presentó al concurso de televisión «Die große Chance» (similar al «Tú sí que vales» en España) e impresionó a todos con su look y su interpretación de «My heart will go on», el tema de Céline Dion para la película «Titanic». El jurado del programa se rindió a sus pies y su nombre comenzó a sonar con mucha fuerza en los medios de comunicación austriacos. Después, probó fortuna en la preselección para Eurovisión de 2012, pero de nuevo quedó segundo por detrás del dúo Trackshittaz tras una ajustada votación.
Austria, que ha obtenido unos pobres resultados en sus tres últimas candidaturas en el festival, (en la última edición su representante no llegó a la final) ha decidido apostar ahora por el extravagante artista para llamar la atención de Europa. Algo muy sencillo ya que Conchita Wurst es muy conocida en las redes sociales donde, además de un humor ácido y sarcástico, hace gala de la lucha por los derechos de las minorías sexuales, el respeto y la tolerancia. Además, es muy habitual de los realitys televisivos: ha aparecido este año en «Los trabajos más duros de Austria», donde se dedicó a la producción y el cuidado de peces en una piscifactoría; y en el programa alemán de la RTL «Wild Girls». La crisis reduce el número de países participantes.
A ocho meses del festival, la participación de algunos países en Eurovisión sigue en duda por la crisis económica que azota al continente. El último en darse de baja ha sido Croacia, que ha estado concursando desde 1993 y que abandona el certamen por la imposibilidad de hacer frente al pago que le estaría solicitando la UER (Unión Europea de Radiodifusión) para participar. También peligra la presencia de Serbia y Grecia por los mismos motivos, mientras que Turquía probablemente tampoco acudirá a Copenhague por estar en desacuerdo con las reglas del festival y el sistema de votación. En cambio, sí se espera el retorno de este año de Portugal y Bosnia, ambos ausentes el año pasado en Malmö. Por su parte, TVE todavía no ha confirmado su participación ni el sistema de elección para elegir al sucesor de «El Sueño de Morfeo».
Fuente: Gay Perú