Hoy queremos reflexionar sobre uno de los eventos de la semana: la actuación de Macklemore y Ryan Lewis en los Grammys, junto a Mary Lambert, Madonna y Queen Latifah. Por si no lo recuerdas bien, interpretaron su hit ‘Same Love‘ a la vez que 33 parejas se casaban en plena gala. Parejas de diversas razas y orientaciones sexuales.
La respuesta fue muy positiva y todos lo sabemos, pero también hubo reacciones escandalizadas. Que si nadie piensa en los niños, que si Kirk Cameron dando por saco… Eso, realmente, nos importa un bledo. El verdadero problema es interno.
Desde que ‘Same Love’ suena en las radios y se ha convertido en un “himno gay”, una parte del colectivo se ha mostrado profundamente ofendida con que quién les defienda y represente sea un hetero. Es decir, el clásico: “tu no sabes lo que se siente”. Consideran que a quién se tiene que escuchar es a la voz de la experiencia, y, en resumen, que si no eres gay, no puedes defenderlos. ¿Y si ahora Macklemore reconociera que se ha enrollado con chicos? ¿Le daría más veracidad a su discurso? Parece que nos cueste creer que un hombre heterosexual (y además rapero y blanco) pueda tener la sensibilidad para defender a un colectivo como el nuestro.
¿Acaso criticamos a un hombre por defender los derechos de las mujeres? Deberíamos reflexionar y no dar tanta importancia al mensajero como al mensaje. El domingo pasado, 33 parejas se casaron en prime time norteamericano. Entre esas parejas había muchas homosexuales, y el apoyo de gran parte de un país y de aquellos que lo representan dice mucho en favor no sólo del matrimonio homosexual, sino del colectivo en general, del respeto y la admiración por las personas más allá de su condición.
Fuente: CromosomaX