Boy Toys: De la publicidad a la industria musical

Quedamos lacios con “I Luh Ya Papi”, el último video de Jennifer Lopez, una verdadera fiesta de chicos marcadísimos en traje de baño que, a pesar de una aburridísima introducción y de una letra insípida y superficial -muy pop en todo caso-, promete más de una erección. Sino me creen… ¡Check it out!

“I Luh Ya Papi” de Jennifer Lopez

¡Ah, te mojaste! ¿No? mmm… ¡No me mientas! Para los más observadores y tranquilos, ¿notan lo diosa que está JLO a sus 44 años? ¡Y cómo te la baila! Más suelta que reina de carnaval bailando la lambada. Nos recuerda un poco a la JLO de “Waiting for Tonight” o “Jenny from the Block”.

Aunque no lo crean lo importante acá no es el posible resurgimiento de la boricua -a lo que alguna vez fue-, lo bien que todavía baila o los cuerpos musculosos de los protagonistas del video. Los pectorales y abdominales son una excusa en realidad para apuntar algo interesante que ha ido surgiendo tímidamente con el tiempo: El cuerpo masculino como protagonista y objeto de deseo en la industria musical. Pero no pasa solamente por su explícita exhibición como herramienta comercial sino que hace parte de un cambio que se viene gestando en el mundo publicitario desde los noventas, y ha permeado lentamente el universo de los videoclips.

Kylie Minogue – Slow

Es el clásico de clásicos de Boy Toys en zunga: una orgía sensual donde la menos importante es la rubia australiana. Son ellos los dardos de sexualidad, los que muestran más carne.

Recapitulemos un poco: desde que existan productos que comercializar está también la necesidad de venderlos. ¡La publicidad es tan antigua como la civilización egipcia querido! Por ejemplo a Tebas se le atribuyen los primeros textos publicitarios. También se han encontrado registros en Pompeya -¿Ya vieron la película?-, Roma, Grecia… en fin, las principales ciudades de las civilizaciones antiguas que necesitaban vender sus materias primas o productos y lo hacían a través de pregoneros, con grafitis o en rudimentarios papiros… nada de retoques, ni detergentes o toallas higiénicas, ¡el paraíso! Pero con la era industrial y la explosión de los medios de comunicación, la publicidad se convirtió en un monstruo imperturbable que comenzó a diseminar estilos de vida, valores sociales, marcas e ídolos -artísticos, políticos, y hasta económicos- para vender productos y comprar voluntades. Y no es una opinión personal, la mayoría de gobiernos del mundo han tenido que regularizarla para, entre otras cosas, evitar la promoción del racismo, la discriminación -no es el caso de Rusia-, el consumo del tabaco en menores de edad, etc. Y aquí vamos a lo que nos convoca: los cuerpos. La mujer se convirtió en la casi exclusiva víctima de la publicidad con estándares de belleza inalcanzables, tetas y culos convertidos en autos, cuerpos y pieles perfectas gracias a la generosidad del photoshop.

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Hay muchísimos estudios acerca de la imagen de la mujer en la publicidad como objeto sexual y los roles patéticos asignados por una todavía sociedad machista, pero ¡parece ser que nos llegó el turno a nosotros! ¡Y menos mal! ¿porque quién de ustedes va corriendo a un supermercado después de ver un comercial del ‘famoso’ desodorante Axe? ¡Ninguno! Algunos lo usarán como perfume -¡Vade Retro!- Pero a la mayoría seguro les aterra la idea de mujeres húmedas trepándoles por encima en búsqueda de sexo -tranquilos que en la vida real tampoco les pasa a los heterosexuales-. Pero ¡ojo, eso sí! las discos gays apestan -en el mejor de los casos- a Paco Rabanne, Carolina Herrera y Dolce & Gabanna… después cada uno analizará porqué.

LaCoste, “Pour Homme”, 2003.

Es que con nuestra ‘justa’ preocupación por mantenernos jóvenes, lucir bellos, esbeltos y parecernos a esos modelos galgos de pasarela europea, ha surgido la publicidad sexista masculina que algunos confunden con Metrosexualidad, qué atrevidas. El paso del clásico -y aburrido- hombre de traje, al descamisado Boy Toy que acompaña a las flaquísimas modelos en su agobiante lucha por vender un perfume o un auto.

Dolce & Gabanna, “Blue Light”, 2013.

¡Pero de escort, el modelito trepó a protagonista! Y ahí se resuelve el misterio del emborrachador “Million” o “Black XS” de las discos gay. Todos queremos ser como ellos o al menos estar con uno así -es así, no te mientas-. La publicidad de los perfumes comenzó a desnudar a nuestros chicos y a retratar al hombre como objeto de deseo. Ni hablar de los calendarios cachondísimos con jugadores de fútbol o rugbiers que merecen un post aparte.

The Making Of “Les Dieux Du Stade”, 2013.
 

Los franceses son expertos en hacer comerciales homoeróticos para perfumes, no contentos con eso, han creado el imperio más grande de calendarios deportivos HOT con los chicos del equipo rugby de su país. Cada año posan bajo el lente de los mejores fotógrafos de moda del mundo, en unas tomas de culo y pectorales más que impresionantes.

Hay que decir que maravillas como esas fueron y son gracias a nos, los gays, que hemos irrumpido en casi todos los espacios de la sociedad -occidental por lo menos-, exigiendo foco sobre las ‘necesidades’ de nuestra comunidad, de modo que el mundo publicitario haya levantado la vista hacia ese “nuevo hombre” gay -o heterosexual, no les importa mucho-, preocupado por su físico, la piel, el “buen vestir”, etc.

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Volviendo al camino de la música, los Boy Toys vienen invadiendo los videos musicales desde finales de los años 70. Aunque generalmente aniden más en los vídeos musicales de artistas femeninas tuvieron su origen más popular en el grupo neoyorkino “Village People”, una banda musical de la época dorada del disco que con letras y canciones cachondas personificaban los estereotipos de hombre gay tomados del controvertido artista Touko Laaksonen, más conocido como Tom de Finlandia. Tienen varios vídeos icónicos como el de la canción “YMCA” -dedicado a la Asociación de Jóvenes Cristianos, sí, unos genios-, pero el que realmente le da lugar al cuerpo masculino es “Macho Man”. De manera que fuimos nosotros mismos los que nos abrimos paso en la industria musical a través de una suerte de revolución queer. Por supuesto que después vendría Queen a darnos más protagonismo sin Boy Toys pero con Freddy Mercury. Sin olvidarnos de Boy George o Bronski Beat -salvo por “Smalltown baby”-, pero insisto sin Boy Toys como objeto sexual directo.

Village People – “Macho Man”.

Las que rescatarían la cultura Boy Toy/objeto sexual serían las artistas femeninas. Pero para darse lugar como mujeres, para continuar con la post-revolución sexual femenina como lo haría Madonna (te dejo un post que hice sobre el tema) en vídeos como la fiesta homoerótica “Express Yourself”, la censurada “Erotica”, y recientemente con “Girl Gone Wild”.

Madonna – Girl Gone Wild

El hombre ocupa entonces el rol de escort publicitario que acompaña al producto pero con una responsabilidad más: ser el objeto sexual directo. Ya no es la mujer artista la que se desnuda y muestra su cuerpo, es el hombre el que tiene que calentar, el que se toca el bulto, el onanista que admira su musculatura en un espejo. Por otro lado y en un caso menos viril tenemos a los chicos italo-latinoamericanos de Geri Halliwell, que rodean a la belleza británica con movimientos floripondios -quizás es lo más cerca que han estado de una teta- pero es uno de los clásicos vídeos de chicos en traje de baño que no se aleja del planteamiento inicial, sino fíjense: tiene más ropa la cantante que ellos.

Geri Halliwell – Mi chico Latino.

Por último y para los que querían ver más carne -quizá también por justicia igualitaria-, les dejo esta ‘perlita’ del rapero, abiertamente gay, Cazwell. Una canción de bajo presupuesto justificable sólo por los Boy Toys que menean el culo como nadie.

Cazwell – Ice Cream

– Koch

Autor: crestrepo

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