Ya es toda una novedad para la comunidad gay de la costa oeste de Estados Unidos. Se trata del Velvet Global Gentleman’s Boxing, (el Club de Boxeo Guantes de Terciopelo para Caballeros) el primero de su tipo, al menos en una ciudad tan al corriente y con tantas alternativas como Nueva York.
Las sesiones de entrenamiento duran una hora y cuarenta cinco minutos y hacen parte de la propuesta del club como club de boxeo y club social. El cartel del club reza: “No one has ever been hit in the face” (ninguno sufrirá un golpe en la cara) como máxima de la técnica que imparte el instructor de fitness Francisco Liuzzi. El club fue abierto el pasado mes de febrero con intensas y variadas rutinas de entrenamiento todos los días de la semana, que van desde el trabajo localizado y dirigido de pecho, espalda, brazos y piernas pasando por el entrenamiento básico y complejo de boxeo hasta trabajo con cuerda, bicicleta y aeróbicos. Cada clase cuesta solamente 30 dólares.
Lo mejor viene después. Los dueños del Club son conscientes que el esquema de entrenamiento que proponen y en general, de boxeo, es exhaustivo así que después de cada clase, los miembros del club pueden acceder al spa, a las populares (en Estados Unidos) barras de proteína del chef Andrew Engle o, en su defecto, tomar un whisky de una sola malta. El gimnasio ha tenido muy buena publicidad y asistencia desde su apertura con grupos seleccionados que entrenan todos los días, y hashtags de promoción en redes sociales como #prettystrong o frases como “moreteado pero no apaleado”. Cualquier hombre gay puede acceder sin necesidad de tener experiencia previa en el deporte o algún tipo de entrenamiento previo.
Por otro lado, Vance Garrett, productor y dueño del Club, aseguró que el boxeo y el fútbol está lleno de hostilidades, prejuicios y tabúes con respecto a la homosexualidad. Por eso quiso crear un espacio donde la comunidad gay pudiera reunirse sin sentirse amenazada o sufrir ningún tipo de acoso por su orientación sexual, bajo los pilares y valores de la caballerosidad, el respeto mutuo y apoyo a la diversidad, y de paso, aprender a defenderse en caso de algún ataque homofóbico. No habrá tanta sangre o será tan excitante como “El Club de la Pelea”, la película protagonizada por Brad Pitt, pero uno de sus objetivos es brindar herramientas al cliente para entrenar íntegramente su cuerpo, poder defenderse en caso de algún ataque, y quizás, como bromean algunos de sus miembros, “si tienen suerte, encontrar marido”.
Acá les dejo algunas de las fotos durante el entrenamiento del Club, cortesía del “Velvet Global Gentleman’s Boxing”.
– Koch