Los metrosexuales, aquellos pijos heterosexuales obsesionados con sus cuidados físicos, la moda y el estilo, dejaron paso a los urbesexuales, que trataban de reafirmarse en su masculinidad. Más tarde llegaron los retrosexuales, que fomentaban la imagen de tipo duro de antaño y, por último, ha aparecido los spornosexuales, una nueva tendencia masculina que está en alza.
¿Y qué es un spornosexual? Son hombres enamorados de sí mismos, que entrenan diariamente, consumen porno con avidez, les encanta el sexo y están obsesionados por completo con el fitness y el culto al cuerpo, mucho más que por su estilo personal.
Dan Osborne, paradigma del spornosexual en el Reino Unido
Su universo se define con sexo (mayoritariamente onanista), músculos de acero labrados a golpe de gym, barbas cuidadas al milímetro, piercings, tatuajes y muchas selfies ligeras de ropa con las que lucir palmito en Instagram. Ellos no pretenden ligar, solo quiere gustar y ganar “likes” y seguidores en las redes sociales, ya sean estos hombres o mujeres. Es el narcisismo llevado al extremo. Nadie es suficientemente bueno para ellos y están totalmente enamorados de sí mismos.
David McIntosh, un gladiador del siglo XXI, otro ejemplo de spornosexual
¿Y cómo acaban estos chicos? Pues siendo carne de reality. Sobre todo los de MTV, que con un caldo de cultivo para esta nueva fauna masculina, o los programas de citas y supervivencia. Chicos de barrio, sin muchos estudios pero que, tras horas de gym y culto al cuerpo, han conseguido ganar contactos con la ayuda de sus miles de seguidores. Una suerte de it boys virtuales e hipetrofiados. Suelen trabajar en la noche, en gimnasios o, como he dicho anteriormente, en televisión. Su aspecto acaba asemejándose mucho al de los actores porno, así que muchos acaban también en la industria del cine para adultos.
Esteban, de Gandía Shore (MTV), un spornosexual español
El término ha sido acuñado por el periodista Mark Simpson del Daily Telegraph, creador también del término metrosexual. Films como ‘Don Jon‘ o ‘Pain & Gain’ (Sangre, Sudor y Gloria en Latinoamérica y Dolor y Dinero en España) representan fielmente a esta nueva era de hombres hiperdeportistas, supersexuales y megaególatras forjados a golpe de mancuerna, dieta, tinta y followers. Son los nuevos dioses del barrio. Al menos hasta que la vejez haga mella en ellos.
