Ayudar Al Placer

No hay límites cuando de placer hablamos. Los juguetes sexuales son un escape, un viaje hacia las incomodidades gloriosas de la alcoba. Acá te presentamos algunos con los que podrías animarte.

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En el buen sexo, los prejuicios, esos pequeños monstruos de bolsillo, salen despavoridos ante el desparrame de genitales, posturas, números e instrumentos. Es que en ese eterno vaivén nos hallamos ante el estado más primitivo y verdadero.

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El mono toma posesión nuestra y nos dejamos llevar por lo que más placer nos da. Aunque con un trabajo de exploración mínimo podríamos llegar a descubrir nuevos divertimentos que, a su vez, arrojarán verdades importantísimas sobre nosotros mismos.

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Por ejemplo que no eras tan activo como pensabas y la primera vez que te penetraron, simple y descaradamente: te gustó. Y cómo no, si el ano humano contiene muchísimas terminales nerviosas que son estimuladas durante el sexo, además de nuestro punto G: la estimulación indirecta de la próstata.

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Así que ningún puritano o traumado sexual se escandalice ante las penetraciones anales, los dildos y consoladores: el sexo anal es placentero y en los varones produce placer por una cuestión biológica. Y sino, que lo digan los heterosexuales que les piden a sus mujeres el dedito o la cinturonga.

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Ahora bien, los juguetes sexuales son representaciones simbólicas de lo que nos excita y, bien usados, pueden servirnos de instrumentos en nuestras prácticas sexuales. El falo o pene ha sido objeto divino para algunas culturas indígenas y ancestrales.

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Para nosotros se diviniza cuando estamos frente a él recorriéndolo lentamente, haciéndole plegarias linguales, succionando su almíbar armiño. Un dildo no será lo mismo pero es el símil, el signo linguístico del falo hecho plástico, madera, fruta o lo que su capacidad creadora les permita.

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En los sex-shops hay una zoología interesante de elementos que pueden contribuir a salir del perrito o el misionero. Desde las trilladas películas porno, pasando por uniformes, lencerías, zapatos, afrodisíacos y juguetes hasta el inexplorado sado.

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En los juguetes se destacan los dildos y consoladores hechos con el molde del pene de actores porno, los masturbadores en forma de ano, las bolas chinas anales y los anillos peneanos que mantienen las erecciones y glorifican las eyaculaciones. Hay todo un mundo de subcategorías muy interesantes.

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Sin embargo, hay uno que está de moda: un lubricante que imita al semen masculino en color, textura y hasta sabor y puede ser usado para penetrar o tener sexo oral. Toda una atracción para los más golosos. Luego, para los más zen y estirados, están los lubricantes biológicos que tienen propiedades dilatantes y son dermatológica y clínicamente testados.

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Ni hablar del terreno sado que merece otro post con sus sillas militares, columpios, cuerdas, urinarios para lluvia dorada, velas, sujetadores de pezones, dilatadores de pene, guantes y lubricantes para fisting, etc. El mundo del sex-shop se adapta a las necesidades y placeres que vamos descubriendo.

– Koch

Autor: crestrepo

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