El placer y dolor de muchos es la pesadilla de otros. La obsesión por el ejercicio, los alimentos “sanos” y los suplementos / pastillas para ganar masa muscular hacen parte de un cuadro que preocupa más a médicos y sicólogos.
Pain & Pleasure
Si eres de los obsesivos que sólo consumen productos “orgánicos” o de los que pasan horas en el gimnasio o atletismo urbano, y a pesar de las extenuaste rutinas te sientes insatisfecho con tu cuerpo, debes tener cuidado, puedes estar camino a una vigorexia.
El término médico hace referencia al trastorno caracterizado por una preocupación excesiva por el cuerpo y una distorsión del esquema corporal, más específicamente, un trastorno dismórfico corporal: las características físicas se perciben de manera distorsionada y la persona afectada se ve constantemente delgado frente al espejo.
El estereotipo de belleza masculina de nuestra comunidad y el zoológico de hombres que dan importancia al estado de su cuerpo es tal que, médicamente, a este trastorno se le llama complejo de Adonis.
La aspiración de poseer un cuerpo fibroso y duro proviene de un profundo deseo de ser aceptado en un esquema de atracción sexual salvaje e hipócrita donde no importa más que la carne.
Por supuesto que un cuerpo armonioso es sinónimo de salud y no hay que renegar del ejercicio y la buena nutrición, que nos hace bien, pero allí no radica el problema. Estamos hablando de la obsesión por verse musculoso a reventar.
Realizar ejercicio de forma desmedida y compulsiva, como sucede con los vigoréxicos, trae serias consecuencias. Por lo general sufren accidentes osteomusculares como desgarros o rompimiento de tendones y tienen más facilidad para desarrollar artrosis, osteoporosis, sufrir hernias o problemas de la columna. Justo el cuadro contrario al resultado que buscan.
Cuando el vigoréxico suspende su rutina experimenta depresión e irritabilidad que sólo se alivia mediante el ejercicio, un círculo vicioso.
Según expertos los vigoréxicos, por lo general, son personas con baja autoestima, introvertidos, asociales, que se caracterizan por mirarse continuamente en el espejo y evalúan constantemente su peso. Ni hablar de los químicos y procedimientos a los que exponen sus cuerpos para lograr la masa muscular deseada.
De hecho, un estudio realizado a 30.000 en Estados Unidos y publicado este año por la Psychology Today reveló que el 93 por ciento de las mujeres y el 82 de los hombres, está preocupado por su peso y trabajan para mejorarlo.
Las presiones e imposiciones de la sociedad no deben afectar nuestro juicio ni convertirnos en autómatas reproductores de un sistema perverso que nos vende humo en las publicidades, ya que aprendimos a aceptar nuestra sexualidad, hay que también aceptarnos como somos.
– Koch