Han pasado diez años desde que se estrenó una de las películas de temática LGTB que más han
llamado la atención del público en la historia del cine. Brokeback Mountain, dirigida por Ang Lee y
basada en el relato ganador de un Premio Pulitzer de Annie Proulx, consiguió recaudar 178
millones de dólares en todo el mundo, y logró 3 premios Oscar (de 8 nominaciones en total). Una
historia delicada y apasionante contada de manera brillante consiguió que este drama de dos
hombres enamorados en un ambiente cerrado y hostil emocionase a público y a expertos.
Una década después, Lee y el productor James Schamus han hablado para la edición americana de
la revista Variety sobre la película, el rodaje y del contexto en el que apareció la película gay más
importante de Hollywood hasta la fecha. “Lloré al acabar de leer el relato, y no podía llegar a
entender por qué me sentía tan conmovido. El lenguaje no era familiar para mí. De hecho, nada de
eso era familiar para mí”, comenta Lee en la entrevista. “Vimos la película con amigos para saber si
tenía el impacto que queríamos. No sabía hasta dónde nos iba a llevar comercialmente. Pero sabía
que teníamos una película que funcionaba emocionalmente”, afirma el productor.
Gran parte del éxito de la película se debe a la labor de los actores que encarnaron a los
personajes principales. Jake Gyllenhaal y el fallecido Heath Ledger interpretaron los papeles
principales, por los que fueron nominados a los Oscar en las categorías de Mejor actor de reparto
y Mejor actor, respectivamente; mientras que Michelle Williams y Anne Hathaway representaron
a las parejas engañadas por sus maridos. “Heath apareció y quiso hacerlo desde el primer
momento. Creo que me dijo que había aprendido de uno de sus tíos, que era también un gay
homófobo, muy macho, como Ennis, y también ranchero”, confiesa Lee.
Otra de las anécdotas que también recuerda el director es el curioso casting de Anne Hathaway, a
la que no conocía. “El director de casting me dijo que la actriz que iba a leer en ese momento se
disculpaba por su ropa y maquillaje, pero que la dejara pasar para hacer la prueba. Entonces Anne
apareció, llevaba mucho maquillaje e iba vestida de princesa. Estaba usando su pausa para la
comida para audicionar”. Por aquel entonces Hathaway estaba rodando la secuela de Princesa por
sorpresa, y gracias a Brokeback Mountain demostró que el drama también podía ser lo suyo, algo
que confirmó más tarde en películas como One Day o Los Miserables.
Lee también habla en la entrevista sobre las escenas de sexo. ¿Cómo consiguió alguien tan alejado
de esa realidad dirigir a actores, también desconocedores del tema, en escenas que eran tan
complicadas como cruciales para la película? “Lo hice muy técnico para que nadie tuviese que
pensar en nada más que en ponerse en sus posiciones. Una vez acabamos la primera toma, nadie
tenía vergüenza ya. Intentamos hacerlo lo más real y convincente posible, y ellos eran muy
profesionales”, recuerda el director. “Ponerse a ello en la primera toma fue difícil, y acabé usando
la decimotercera, que fue la última”.
Una de las cosas que más se recuerdan de todo lo que rodea a Brokeback Mountain es el hecho de
que perdiera el Oscar a Mejor película frente a Crash, lo que hizo que algunas voces llegaran
incluso a acusar a la Academia de homofobia. “El día que la votación de los Oscar cerró, reuní a
todo el mundo en la compañía y les di un discurso. Les dije: ‘Mirad, hemos perdido’. Quería que
todo el mundo estuviese feliz por los otros”, cuenta Schamus, que también garantiza que muchos
de los compañeros notaron que la elección de Crash fue por seguridad y por ser ‘políticamente
correctos’.
Lo que ha quedado claro a lo largo de estos diez años es que Brokeback Mountain es ya un clásico,
y que su sorprendente éxito, más allá de proezas técnicas y actorales, reside en que, como el
propio Ang Lee afirma en la entrevista, “es una historia de amor conmovedora”.
Fuentes: Shangay.com