La decimosexta edición de Gran Hermano en España ha estado repleta de secretos y sorpresas de toda índole. Pero si algo ha destacado este año ha sido la compleja e intensa relación entre dos de los participantes más polémicos del reality emitido por TeleCinco.
Han, un chino granaíno abiertamente homosexual dejó claro desde el primer momento sus sentimientos por Aritz, un vasco sin etiquetas, que le respondió que no sentía nada por él más que amistad, dejando ver que se trataba simplemente de un bromance, como el que vivió en su día Frankie, el hermano de la cantante Ariana Grande, en Big Brother USA con el maromo Zach Rance.
Pero el tiempo ha dado la razón a Han y, finalmente, Aritz ha roto las barreras que le impedían mostrar lo que realmente sentía por su compañero de confidencias, peleas, besos y cama, mucha cama.
Está claro que el que la sigue la consigue y aunque muchos seguidores del formato han tildado a Han de acosador, de ser un pesado, lo cierto es que tras tres meses de concurso y a una semana de la final del mismo, el chino ha conseguido derretir al frío heteroflexible vasco. Besos, arrumacos y masturbaciones bajo las sábanas han culminado una historia de pasión gay que ha dejado perplejo a todo el país.
Y es que la relación de estos dos chicos es de manual. ¿Qué gay no ha tenido a un mejor amigo con el que compartía juegos íntimos pero le costaba asumirlos luego públicamente? ¿Quién no ha sufrido por una situación así? TODOS. Y yo el primero, como reflejé en este artículo hace tiempo.
Lo mejor de esta complicada relación es todo lo que hemos aprendido viéndola en directo. Por mucho que se hagan los modernos, lo que más le cuesta a un hombre en esta vida es reconocer que le gusta otro hombre. Así que das con uno de estos hay que armarse de paciencia, ser cautos, ser discretos y comprensivos, creando un clima de comodidad y confianza en la que puedan, poco a poco, ir asomando la patita por la puerta del armario.
Aritz ha tenido agrias discusiones con Han, incluso dejando entrever que su amigo se habría propasado, llegando a las manos a veces, para luego volver a dormir abrazados y besándose como si nada. Un tira y afloja que refleja la historia de muchos gays cuando se encuentran con otros chicos que quieren roce pero no tienen las cosas claras.
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