El mejor amigo de un gay no es un bulldog francés. Olvídalo, amigo. El mejor amigo de un homosexual es un chico hetero. Él nunca va a intentar levantarte un novio, no te montará dramas y siempre te va a apoyar en todo. A cambio solo te pedirá que no le metas mano mientras duerme y/o esté borracho o inconsciente. Pero nuestros amigos heteros se guardan muchas cosas, cosas que podrían afectar a su supuesta hombría. Porque en esta sociedad que vivimos tenemos un concepto muy retrógrado de lo que es ser masculino. Así que aquí tenéis diez cositas que vuestros colegas heterosexuales nunca os explicarían para que no os hagáis ilusiones con ellos.
1. Que su novia le mete el dedo por el culo.
Y ya está, esa es la noticia. El punto G masculino está, según dicen, dentro del ano y a las chicas les gusta también llevar la iniciativa en esto de explorar la zona rectal de sus novios. Algunos se dejan, otros no, pero, sea como fuere, la estimulación anal es un acto, por lo general, de excelente fruición.
Cari, mi dedito en tu culito
2. Que se miran los rabos en el baño para comparar.
Que se la mires a tus compis en el vestuario tiene un pase, pero que cotejes con desconocidos la valía de tu miembro viril en un baño público es de maricomplejines total. Muchos chicos viven con la eterna paranoia de si su polla es suficientemente grande. Con lo fácil que es medírsela y dejarse de dramas fálicos. Además, como decía una amiga mía, para qué quieres un arma de destrucción masiva si no sabes tocar los botones.
Si te molesta, tira desta
3. Que le van las travestis y las trans.
El llamado tercer sexo es uno de los morbos más típicos de los heteros. Pero es que hasta en las fiestas de despedida de soltero se estila cada vez más colocar a transformistas de toda índole como guías de la juerga. Y es que las mujeres completas, con polla y con tetas, despiertan las fantasías de nuestros queridos amigos heteros. Pero eso sí, lo de verles la polla, es solo para comparar.
¡¡Digoooo!!
4. Que se ha pajeado con otros amigos, sin mariconadas.
La masturbación en grupo en la adolescencia forma parte del crecimiento de todo hombre. Y también sirve para comparar. Cómo no.
Nos pajeamos, pero sin maricOH WAIT!
5. Por el culo te la hinco.
El sexo anal les pone perracos. “Cariño, te la puedo meter por el culo” es la frase más repetida junto con “tranquila, tú chupa que yo te aviso” y “venga, solo la puntita y luego me pongo el condón”. Muchos gays creen que eso de meterla por el ojete es algo mariconcil, pero desde que el mundo es mundo al ser humano le ha gustado copular por el ano. Y luego las mujeres, al masturbarse…
Me cabe todo
6. Que se tocan en los vestuarios.
Que los heteros se miran las pollas lo sabemos todos, para comparar, pero es que además son de sobarse entre ellos. Demasiado. Siempre pensamos que entre heteros no hay contacto físico más allá de cuando van borrachos o cuando les ha dejado la novia y se ponen tiernos, pero lo cierto es que tras los partidos, con la euforia y demás, los cuerpos se calientan, se acercan y el roce hace el cariño. Pero sin mariconadas.
Así, tío, así
7. Que no compra revistas de fitness ni moda masculina.
Esas revistas son publicaciones gays encubiertas para que no se asusten los anunciantes. Los heteros compran prensa deportiva o revistas con tías buenas en la portada. Y punto. Pero eso de ver tíos más cachas que ellos como que no. Si fuera de pollas aún, por aquello de comparar…
¡Oish los perricos! ¡Qué bonicos!
8. No les gusta comer chochos.
Sí, amigos. A la mayoría de heteros no les gusta comer coñitos. Que les coman la polla sí, quién sea y como sea, pero eso de tener que bucear en las profundidades femeninas, a no ser que se trate de su novia y esté muy limpia, como que no les va demasiado. Además lo quieren todo depiladito, no vaya a ser que se les meta un pelo entre los dientes.
Sushi no, gracias
9. Que cuando hace tríos con otro chico, escoge a uno que no sea feo.
Más allá de Jesús Vázquez o Brad Pitt, ningún hetero ve guapo a otro tío. Sobre todo por orgullo. Ahora, cuando hay que compartir intimidad, mira, ahí sí saben discernir el oro de la paja. Sin contar que a estas alturas de la vida entre vestuarios, baños públicos y sesiones adolescentes tienen un máster en hombres desnudos que ni los usuarios de Cam4. Ellos te dirán que para el morbo y tal les da igual, pero con su amigo feo, sudoroso y peludo no compartes cama ni borracho de Jägermeister.
Se culito que no pase hambre
10. Que no usa preservativo ni que le vaya la vida en ello.
Para muchos heteros eso de usar condón es de maricones. Y claro, así les va, que luego se pillan de todo. Sin contar los embarazos no deseados. Un cuadro. Y es que parece que las ITS sean solo cosa de homosexuales y que el tema no va con ellos. Muchos argumentan que no sienten nada y que hasta se les baja, cuando realmente el problema está en que se quieren follar a la primera que pasa y no les pone una mierda.
Como me pegue gonorrea ¡MARDISIÓN GITANA!
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