Hace un año conocí a un hombre que simplemente vino para cambiar mi vida, mi mundo, me mostró lo hermoso que es confiar de nuevo en el amor, la magia de mirar más allá de unos simples ojos, la dulce sensación de caer en sus brazos.
Creí que era mi otra mitad, esa que toda mi vida me han dicho que debo encontrar, necesitaba creer que era él, digo, era tan perfecto, su sonrisa, su trato, su personalidad, todo venía en un solo combo para mí.
Descubrí que no existe nadie perfecto, de una manera en la que no he me hubiera gustado, pero mis ojos pudieron contemplar todo desde diferentes perspectivas, encontré mis errores y los de él, sin un filtro de amor.
Era mi cumpleaños, así que decidimos hacer una pequeña reunión con amigos, esa noche no podía pasar como si nada, teníamos que celebrar, yo en un principio no quería, pero Esteban, el hombre del que les he hablado, me insistió mucho, así que acepté.
Nos reunimos en mi departamento, compramos algunas pizzas y mucho alcohol, Esteban estaba seguro que esa sería una noche especial, así que debíamos estar preparados con todo, vaya que fue especial, pero no de la forma que a mí me hubiera gustado.
Los invitados comenzaron a llegar, mi mejor amigo, José, me dijo que se retrasaría un poco, pero seguro estaba ahí para acompañarme, somos amigos desde pequeños, él sabe todo de mí, creo es una de las personas que mejor me conoce.
Conforme la noche pasaba, el depa se miraba más lleno de gente, cuando llegó José ya casi serían las 10:30 de la noche, todos andábamos algo tomados, había música y mucha diversión, todos ahí éramos adultos.
Muchos de mis amigos y conocidos pertenecen a la comunidad LGBT, pero José siempre me había dicho que respetaba a todos ellos, sin embargo, él era heterosexual, yo lo entendía, aunque un tiempo pude estar enamorado de él, lo dejé por la paz.
Esteban estaba tomando mucho alcohol, así que me comenzó a preocupar, pero ya no saldría de mi casa, así que seguí disfrutando, el ambiente estaba muy bien, algunas parejas se estaban besando y otros solamente charlando.
Ya en la madrugada quedaban solamente mis amigos más cercanos, esa parte me gustó mucho, quedarnos tirados en el piso, platicando de vivencias que habíamos tenido juntos y recordar todo lo bueno.
De pronto me di cuenta que Esteban no estaba, pensé que se había sentido mal, fui a buscarle por si me necesitaba, no estaba en el baño, así que pensé podría estar acostado en la habitación, abrí la puerta lentamente para no hacer ruido y no despertarlo.
Lo que descubrí rompió mi corazón, José y Esteban se encontraban desnudos, besándose tan apasionadamente, en mi propia cama, la ropa tirada en el piso, ellos no se dieron cuenta cuando la puerta se abrió.
Estuve algunos momentos con la puerta entreabierta, ellos no paraban de tocarse, de acariciarse, comenzaron a rodar lágrimas por mis mejillas, pero no podía hacer nada, no quería hacer nada, solamente volví a cerrar la puerta y me alejé.
Al día siguiente fue como si nada hubiera pasado, yo quise culpar al alcohol, así tendría una excusa para seguir en ese hombre, hasta ahora han pasado varios meses y seguimos juntos, me ha demostrado que me ama a mí, que todo lo demás fue solo un error, uno del que ni siquiera se acuerda.
Créditos: Men Magazine Gay