Pues Oso, oso, OSO, que digas oso … no es
No obstante con las etiquetas otorgadas muy amablemente por la sociedad, dentro de la comunidad LGBTTI, existen digamos, “sub-etiquetas” es decir sobrenombres dados por las características físicas o el comportamiento de un individuo, que muchas veces sólo la gente dentro de ciertos grupos puede identificar.
En el bendito DF tenemos de todo, las endémicas, las locales, las internas en los bares y antros y las importadas.
La comunidad gay en EEUU ha desarrollado una serie de términos, que como todo, son utilizan internacionalmente y parece particularmente en México nos gusta tomar todo lo que venga nuestros vecinos.
Lo bonito de México es que nos encanta tropicalizar las cosas y en lugar de crear nuestras invenciones, adaptamos las de otro país aunque sea una cultura muy diferente.
La verdad es que lo mexicanos no somos, parecidos a los norteamericanos aunque lo pretendamos, de hecho somos muy diferentes, y es aquí donde el título de éste escrito empieza a tener coherencia…
Los OSOS, término utilizado para nombrar a los hombres gays fornidos, grandes y velludos, suelen estar asociados con actitudes muy masculinas. Personalmente me declaro fan de ellos y con ansias deseo sentirme parte de ellos, pero hay un problema… (Música melancólica) SOY LAMPIÑO…
Las adaptaciones de los estereotipos gay suelen tener serios huecos y aquí el caso de los osos, el primero, en su mayoría los mexicanos no somos hombres muy velludos y menos comparados con los norteamericanos o Europeos y aunque los bigotes nos ayudan, no llenamos ese perfil, otro problema, la altura, los osos se caracterizan por ser hombres altos y grandes, y en México la mayoría ronda el 1.70 m ¿Qué resulta? Una versión lampiña y chaparrita de los Osos norteamericanos.
No es que esté en contra de decirle “Caballo” a un “Poni” pero todos sabemos que no son lo mismo y tampoco estoy en contra de los que se hacen llamar Osos en México, aunque tú y yo sabemos que no son iguales.
Mis experiencias en lugares de osos son frustrantes porque que de 200 hombres sólo 10 se les puede llamar, osos y los demás, ¿en dónde quedan? Son gorditos lampiños u Ositos miniatura y los demás ¿en dónde?
Es ahí cuando un suspiro de tranquilidad me invade, estoy completamente a favor del ingenio mexicano, del universo propio del DF y de la forma en la que creamos nuevas líneas de pensamiento y subculturas. Se llevan mis porras los nuevos grupos que con gusto empiezo a ver en bares del centro, incluso en las redes sociales, grupos como los “Lobos”, hombres velludos y delgados, que se encuentran en Twitter con fotos semidesnudos y su leguaje propio, los “Chacales”, hombres varoniles, con tatuajes y con una onda latina caliente, los “Vaqueros”, que aunque existe su versión gringa, los de acá maneja el look ranchero y varonil que agrada a muchos, las “Cabareteras”, jóvenes, delgados, con sus peinado estrafalarios y su divertida obsesión de ponerle coreografía a cuanta canción suene… Ya sean musculosos, gorditos, peludos, lampiños, varoniles, afeminados, vestidas, dragas o cualquiera que sea el caso, a todos formamos parte de los mismo, el mismo país y la misma esencia de mexicanos, ¡Señoras y Señores! Sigamos haciendo nuestro el DF, sigamos creado carnavales, términos y aventuras, para que con el tiempo, formen parte de la historia, respeta las diferencias que de eso estamos hechos.
Y aunque me sienta frustrado buscando un oso en México, dime en que otra parte del mundo puedo meterme con un Mariachi sexy o Guapo Luchador.
Graham Bell dijo “Nunca vayas por el camino trazado, porque conduce hacia donde otros han ido ya”
Fuente: EneHache