Se triplica la prostitución masculina en España por la crisis
La crisis económica triplicó el número de hombres envueltos en la industria de los servicios sexuales en España. Así lo evidencian los datos recobrados por un programa de atención a la prostitución masculina y transexual del Ayuntamiento de Madrid.
El coordinador de este programa, Iván Zaro, dijo que el perfil de estos trabajadores sexuales es el de un hombre de entre 25 y 35 años. Se dedica a ese tipo de servicios de forma voluntaria, los ofrece principalmente en saunas o pisos alquilados y solo una minoría en la calle.
En las vísperas de la crisis mundial, cuando se llevó a cabo el último sondeo representativo entre el ‘gremio’, el 22,8% de sus miembros se declaraban homosexuales, el 30,7% heterosexuales y el 46,5% bisexuales. Pero desde que la economía se encuentra en declive, se ha triplicado el número de españoles que optaron por la prostitución como actividad profesional.
Cada 15 minutos en la página milanuncios.com aparece un anuncio nuevo de otro “chico de compañía”. Los que los publican suelen tener un buen nivel de estudios: el bachillerato o grado universitario. Son pocos los que buscan sus clientes en la calle y no a través de Internet.
En sus listas de precios suelen haber tarifas especiales para el sexo sin protección y el consumo de la droga junto con el cliente. Pero las sustancias más consumidas entre ellos son viagra y vasodilatadores, “en especial el popper”, indicó Zaro. Hay muy pocos casos en los que los hombres son víctimas de la trata, como ocurre con frecuencia en la prostitución femenina.
El periódico ‘The Huffington Post’ cita en la reciente publicación sobre el tema a un madrileño de 28 años envuelto en la prostitución desde el 2011. En aquel entonces alias ‘Eduardo’ trabajaba como dependiente de una tienda de telefonía y con lo que ganaba no le llegaba para pagar el alquiler, comida, tabaco y otros gastos. Decidió prostituirse para conseguir ingresos extra.
En 2012 le despidieron y durante el último año solo vive de los servicios sexuales. Sin embargo, sus ingresos han subido desde entonces y pueden variar entre 1.500 y 3.000 euros, mucho más de lo que ganaba en su oficina. Pero lo que más destaca este trabajador del sexo es que “no tiene que aguantar las malas caras de su jefe”.
Fuente: EneHache