La pansexualidad u omnisexualidad es una orientación sexual caracterizada por la atracción por otras personas independientemente de su sexo y su género. Es decir, además de hombres y mujeres, los sujetos también sienten deseos por transgéneros de toda índole. Vamos, que les va todo.
La primera vez que leí sobre ello fue en un artículo sobre la serie británica Torchwood, spin-off de la aclamada Doctor Who. Su protagonista, el Capitán Jack Harkness, es capaz de amar a hombres, mujeres y transexuales por igual y su orientación fue objeto de mucha polémica en el país. Aunque ahora mismo, después de ver series como Glee, yo creo que el público está preparado para lo que venga. De hecho el título de este artículo hace referencia a un diálogo del personajes de Samantha en Sexo and the City (Sexo en Nueva York) en el que se considera pansexual y la pansexualidad en sí “la sexualidad del nuevo milenio”.
Además de en series de ficción, es bastante conocido el caso de Noemí Ungría, concursante del reality show Gran Hermano España que ha tenido sonadas relaciones con chicas, chicos y una transexual.
La pansexualidad no implica que guste todo por igual, a veces hay preferencias.
Durante mi vida he conocido a varios chicos y chicas con esa orientación que sentían deseos sexuales por toda clase de personas, pero siempre lo había asociado a la bisexualidad, ya que desconocía la denominación correcta. En las discotecas de ambiente de Barcelona, por ejemplo, es bastante común encontrarse dentro del universo lésbico chicas que han tenido relaciones con hombres, mujeres y transexuales. En el caso de los hombres pansexuales, todos conocemos casos de chicos que tienen relaciones con transexuales y travestis, pero es algo mucho menos visible ya que suelen mantenerse de una forma mucho más discreta y menos pública.
Bandera de la pansexualidad
Sea como fuere, cada vez queda más claro que la sexualidad de las personas no es blanco o negro, si no que hay una amplia gama de grises en la que puedes llevarte más de una sorpresa.