Parto de la base de que lo único que nos define como homosexuales es que nos gustan las pollas los hombres. Y ya. Pero por alguna extraña razón, a la que seguramente hemos contribuido, todo sea dicho, para diferenciarnos y reconocernos durante todos estos años atrás, se nos han adjudicado una serie de estereotipos que, paradójicamente, son también extensibles al resto de hombres, independientemente de su sexualidad. Y ya es hora de desmontar todos esos tópicos de una vez.
EL CONTACTO FÍSICO
Las muestras públicas de afecto entre hombres heteros son mucho más comunes de lo que pensamos. Es más, entre gays suelen limitarse precisamente por aquello de el qué dirán. En los eventos deportivos, en las fiestas universitarias o incluso en celebraciones religiosas, los hombres heterosexuales no dudan en mostrar sus sentimientos con otros hombres. Sin olvidar que en algunas culturas es normal ver a hombres pasear cogidos de la mano sin que ello implique ser gay. Así que el roce entre hombres no es cosa de homosexuales, es humano.
EL SEXO ANAL
Parece que los únicos que copulamos por el ano seamos los gays. Pero hay que recordar que de las primeras cosas que pregunta un chico hetero a su chica es “¿te la puedo meter por el culo?”. Y es que el morbo en el sexo es algo inherente en todos. Sin contar que tanto la estimulación anal como prostática ya sea masajeando o penetrando con los dedos o haciendo uso de juguetes sexuales, también está presente en las relaciones entre heterosexuales. Más de lo que creemos.
LA PLUMA
Existen transexuales de hombre a mujer a los que les gustan las mujeres, que son bisexuales o pansexuales incluso. Porque género y orientación sexual con cosas distintas. De la misma manera que pueden haber travestis o transgéneros a los que les siguen gustando las mujeres. Nuestra actitud o imagen corporal no refleja necesariamente nuestro gusto sexual.
CUIDARSE
¿Cuántos metrosexuales o urbesexuales no nos han llevado a engaño con sus cuerpos atléticos, rasurados y sus cremas frente al espejo? Pero está claro que el cuidado del aspecto físico no es un terreno únicamente reservado a los homosexuales. Si bien es cierto que antaño quizás éramos más proclives al no tener encima la visión machista que avergonzaba a aquellos coquetos donjuanes, en los últimos años muchas novias han agradecido enormemente un buen perfume y una piel suave en sus chicos. Bueno ellas, los gimnasios y las industrias cosméticas, todo sea dicho.
EL VIH
De un tiempo a esta parte ha habido un gran aumento, por desgracia, de la presencia del VIH entre heterosexuales, seguramente por falta de costumbre o educación respecto al necesario uso del condón. En el ambiente homosexual tenemos este estigma siempre presente y cuidamos nuestra salud y la de los demás cuando mantenemos relaciones, pero eso no quita que el VIH nos pueda infectar a todos por igual, no hay que relajarse por mucho que se haya avanzado muchísimo en la lucha contra esta enfermedad.
Huelga decir que, ser afectuoso con otros hombres, tener sexo anal, perder aceite, cuidarse mucho y protegerse de posibles infecciones de transmisión sexual no te define como homosexual. Lo único que lo hace es que solo se te ponga dura con otro hombre.