Bajo la excusa de atrapar a supuestos pederastas en internet, están naciendo nuevos grupos homófobos de ideología fascista que usan los chats para quedar con incautos que buscan relaciones consentidas con chicos jóvenes. Luego son retenidos y humillados delante de la cámara para exponerlos públicamente en la red bajo el amparo de unos ideales que tienen demasiados flecos éticos y legales. Ocurrió primero en Rusia y ahora parece que se están extendiendo por otros países de Europa como España.
Estos grupos marcan sus fechorías usando un símbolo nazi con el pulgar doblado
Para empezar su discurso de “no a la pederastia” con el que pretenden captar adeptos cae desde el mismo momento en que se centran únicamente en las relaciones homosexuales, cuando precisamente el abuso a chicas menores es el más común por desgracia (y polémico, ya que han saltado a los medios varios casos desde hace años) y salvo casos muy contados (y por lo general dentro de la Iglesia Católica) no podemos decir que en España tengamos ni de lejos un problema con la pederastia con chicos menores. Luego su lucha, en todo caso, debería centrarse en otros campos: el acoso a chicas y el abuso dentro del seno de la Iglesia Católica.
Fantasear con alguien mayor es algo común y biológicamente entendible
Por otro lado, las relaciones consentidas con adolescentes en España son legales y ya entraríamos en debates de otra índole dependiendo de la visión de cada cual. Pero el hecho es que, si no existen abusos, no hay delito. Entonces, ¿qué sentido tiene atacar a un hombre homosexual maduro que ha quedado para tener sexo con un joven de manera consentida? ¿Esos chicos nunca han tenido sexo a una edad temprana? Es más, viendo el perfil de malotes de barrio (canis y bakalas, los llamamos en España) ¿seguro que ninguno ha tenido fantasías con alguna mujer mayor que él en su adolescencia?
En este vídeo, un vlogger heterosexual explica con todo lujo de detalles y una visión con bastante sentido común la problemática y la absurdez que representan este tipo de acciones. Si contar que son totalmente ilegales en España.
Al menos tenemos la suerte de que esta lacra parece que no va a tener demasiados seguidores, pues las redes sociales se han volcado en masa para denunciar las acciones de estos jóvenes neonazis que solo quieren ganar notoriedad a costa de la ingenuidad de otros.
Lo normal para mí sería que si descubrimos prácticas de pederastia en la red las denunciemos a las autoridades y que sean estas las que juzguen y actúen en consecuencia. Tomarse la justicia por la mano no tiene sentido en un mundo civilizado.