Según concluye un minucioso estudio científico realizado por la Universidad de Chicago, las preferencias sexuales tendrían un origen biológico y no psicológico, como sostienen algunos psicoanalistas más conservadores.
Durante la investigación, realizada sobre una amplia muestra de varones formada por más de 400 parejas de hermanos gays, se identificó dos tramos del ADN vinculados a la homosexualidad.
Este hallazgo tiraría por tierra definitivamente las teorías sobre el manido origen de la homosexualidad durante las vivencias en la niñez y la situaría antes del nacimiento.
Algunas hipótesis sostienen, no obstante, que la sexualidad del feto se define debido a los cambios hormonales en el cuerpo de la madre durante la gestación o incluso a causa de una respuesta inmune de la madre hacia el hijo varón tras varios embarazos. Sin embargo, esos condicionantes parecen, a priori, poco constatables ya que la homosexualidad no solo incluye a hombres, también se da en las mujeres y, por supuesto, existen demasiados grados de homosexualidad o bisexualidad (y hasta asexualidad) como para acotarlo únicamente a reacciones de ese tipo durante el embarazo.
Este estudio ha dejado claro que, cuando menos, existe una clara predisposición genética a la hora de definir la sexualidad, aunque esta no sea determinista y otros factores externos podrían terminarla de perfilar.
Sea como fuere, la línea de investigación va a ir encaminada a estudiar la raíz biológica de la homosexualidad y, sobre todo, dejando claro que no es algo que se pueda revertir como siguen pretendiendo algunos grupos políticos y religiosos.