“Ese soy yo masturbándome por la mañana. Este es el mejor momento del día, a partir de ahí, todo va cuesta abajo” dice Lester Burnham (Kevin Spacey) en el inicio de American Beauty mientras se da un solitario mañanero en la ducha.
A la mañana o a la noche, en la casa, el baño de la universidad o en la soledad de la oficina, la paja es uno de los placeres solitarios más extendidos en el mundo y uno de los mayores tabúes de nuestra sociedad occidental.
En los primeros años de desarrollo sexual, hombres y mujeres encuentran en esta práctica un reconocimiento con el propio cuerpo y la autosatisfacción del placer.
¿Pero que pasa cuando la paja es compartida? Ese acto que muchos padres califican como vicio de vagos y perversos también puede convertirse en la posibilidad del contacto con el otro.
Para nosotros los occidentales, la paja está prohibida públicamente, sin embargo hay culturas que la asocian con rituales de iniciación: ¨Para hacerse hombres¨. De hecho, la masturbación mutua entre jóvenes varones hace parte del desarrollo sexual saludable para los Hopi en Estados Unidos, los Wogeos de Nueva Guinea y los Nama de Namibia.
En muchos de estos pueblos, la masturbación colectiva entre varones es la necesaria preparación para una adultez heterosexual, ¿Y quiénes somos nosotros para oponernos?
Por estos lares, ha sido el cine quien ha develado lo que sucede cuando los varones heterosexuales se animan a juguetear un poco.
Krampack (2000) del director Cesc Gay, es una película española que logró no solo dar un nombre a esta práctica entre dos, sino asociarlo con la búsqueda del deseo en la primera juventud.
“Y tu mamá también” (Alfonso Cuarón, 2002).
Y no fue la única, es famosa, aunque con menos contacto, la escena de ¨Y tu mamá también¨ en la que Gael García Bernal y Diego Luna se masturban en los trampolines de una piscina, con sus vergas apuntando al cielo, mientras sentían que su amistad estaba un poco más cerca.
Si les queda alguna duda, den un vistazo a la increíble paja colectiva tipo trencito de Sympathy for Mr. Vengaence (2002) mientras piensan en tetas y vaginas.
El casi divertido pajazo automotriz de un grupo de muchachos italianos en “Amarcord” (1973) de Fellini o el juego malvado de la paja en grupo en “Outside Providence” (Michael Corrente, 1999) son solo algunos ejemplos de lo que pasa cuando heteros y gays nos animamos a ir un poco más allá.
– Koch