Que en 2014 aún existan casos de homofobia en España es algo que resulta inconcebible. En un país en el que es legal para gays, lesbianas, transexuales, intersexuales y bisexuales casarse y adoptar hijos, en el que existen leyes que nos protegen de los ataques de los conservadores radicales e intolerantes, no cabe en la cabeza de nadie que aún sigan apareciendo en los medios situaciones tan bochornosas como las que se han vivido recientemente.
Casos de agresiones a homosexuales en el metro, en la calle, a la salida de las discotecas, humillaciones, discriminación y, las más sonada, una expulsión de una pareja por besarse en una conocida cadena de restaurantes de comida rápida. ¿Lo más curioso? Que estos sucesos ocurren en su mayoría en la capital, Madrid.
¿Qué haría falta entonces para acabar con este tipo de incidentes? Educación, visibilidad y legislación. Si en las escuelas los niños aprenden desde pequeños a respetar, si en los medios de comunicación y en la calle se ven las relaciones de personas del mismo sexo con normalidad y si hay unas leyes que protejan específicamente este tipo de ataques y discriminaciones, conseguiríamos erradicar definitivamente este brote homófobo.
Recientemente la Comunidad Autónoma de Cataluña aprobó la primera ley en España contra la homofobia, con los votos en contra del partido conservador que gobierna en el resto del país. No en vano Barcelona se ha convertido en una de las ciudades más gayfriendly del planeta, a pesar de que el mayor orgullo de España se celebre en Madrid.
Tras la dictadura y la transición, España entró en los 80 con un movimiento de apertura y libertad sexual llamado ‘La Movida’ y, desde entonces, el proceso de aceptación y visibilidad de la homosexualidad, bisexualidad, intersexualidad y transexualidad ha ido evolucionando hasta la situación actual de normalización. Al menos en apariencia. Por eso hace falta dar un paso más y crear una ley para todo el país que condene con firmeza los casos de discriminación y violencia homófoba que estamos sufriendo.
Porque igual que somos libres de amar, también lo somos de expresar nuestro amor en público. Sin contar que somos todos ciudadanos, sin importar nuestra raza, credo, sexo u orientación sexual.
¿Qué opináis sobre esto? ¿Te has sentido discriminado por tu orientación sexual?