¿Has asistido alguna vez a un cuarto oscuro? Espero que nos respondas al final, en los comentarios.
Los cuartos oscuros, como su nombre lo indica, son lugares encerrados que no poseen iluminación. Los podemos encontrar como establecimientos especializados, dentro de saunas, bares, etc. En América Latina, estos lugares son de los más visitados por la comunidad gay, por la facilidad de encontrar sexo, la libertad de escoger con quien estar unos cuantos minutos y por no representar un compromiso.
Los primeros sitios destinados a esta actividad, aparecieron en la década de los 60, en Estados Unidos. Hoy en día, estos lugares hacen parte de la guía gay en la mayoría de países del mundo, en donde se puede encontrar personas desde las clases sociales más altas hasta las más bajas; sacerdotes, ateos; jóvenes, mayores; gordos, flacos; rubios, morenos; solamente se puede decir que se puede topar con cualquier tipo de hombre.
Estos lugares permiten desatar la bestia sexual que existe dentro de una persona. Aquí, las únicas reglas son: tener ganas de meter la verga o dejar que se la metan, dejar los prejuicios a un lado y el respeto entre los asistentes.
Estos sitios están catalogados, según las normas morales gays, como “morideros” y “repugnantes”, por la cantidad de gente que se puede encontrar, los olores fétidos que se respiran, los malos mantenimientos que les hacen a sus salas o cuartos, y por estar sexualmente expuesto algún tipo de ETS.
Pero aunque muchos gays hablan mal de estos lugares, y repudian de los mismos, cabe aclarar que gran parte son conocedores de ellos, que han disfrutado de los gemidos de esa pareja momentánea, de las vergas que salen de los Glory Hole, de mirar a los exhibicionistas y de tantas experiencias vividas en los famosos cuartos oscuros.
¿Ahora sí, coméntanos como han fueron tus experiencias en estos sitios, y si no lo has tenido, que esperas encontrar?