¿Puede haber moda más atractiva que ver chicos leyendo poesía desnudos? Bueno, es una creciente moda que reúne a círculos de personas en derredor de un macho hecho a medida en frente de un micrófono recitando textos.
A pesar de estar inmersa en la guerra y en un conflicto que provocaron sus hambres colonizadoras y que ahora golpea sus fronteras y centros urbanos de elite, Europa siempre ha sido excéntrica. Y esta moda, no es la excepción.
Otrora, cuando en la mayoría de sus países reinaba el primer mundo, la tranquilidad económica desmedida permitía escapes lisérgicos, licencias sociales y experimentos culturales vanguardistas que reflotaban en el resto de occidente. Siempre nuestra hacia Europa.
Y este experimento, entre dulce y sexy, no se queda atrás. Reune a todo tipo de chicos en lecturas de poesía, cuentos y textos cortos de su autoría o de terceros completamente desnudos y un poco alcoholizados. Y te diría que habría que vivirlo para juzgarlo.
La iniciativa fue llamada “Naked boys reading” (“Chicos desnudos leyendo”), un evento vanguardista organizado por R. Justin Hunt, que está teniendo lugar en ciudades europeas como Londres, Berlín o Brighton, y quizá nos llegue a Latinoamérica.
Divertimento de los ricos cuando ven la guerra a sus puertas.
Entonces, nada, el proceso es simple: te apuntarías en el bar o centro cultural más cercano donde se desarrolle la propuesta, no importa el cuerpo que tengas, y te citan después para leer un fragmento del texto que quieras, eso sí, desnudo ante un público ávido de carne y cultura.
Pensándolo bien, estaría bueno que llegara a Latinoamérica. ¿Te imaginas a chicos buenorros desnudos leyendo poemas de Benedetti, Marosa Di Giorgio, fragmentos de Cortázar o García Márquez, o quizás de Walt Whitman? Sería la gloria. La iniciativa nació hace cinco años como una performance avalada por una legión de fans gays en Reino Unido.
Y la organizan por temáticas, cada dos o tres meses, y sin duda, resulta una alternativa distinta y fantástica de ocio nocturno. En países como Argentina o Brasil comenzaron a hacerse dentro de circuitos políticos o de reclamos por identidad y expresión de género y revolución sexual, muy bien logrados.
Sería genial que este tipo de performances pudieran hacerse en el resto de nuestros países y trasladarlos a las cuestiones que a todos nos preocupan: protestas, reclamos o simplemente divertimento nocturno para adictos al arte y la cultura que quieran distraer el ojo.
¿Te atreverías a leer en público completamente desnudo? Comparte esta historia y opina ¿porqué causa lo harías?
Koch