¿A quién no le pasó? Tener un amigo/conocido heterosexual que te vuelva loco es más normal de lo que crees, pero ¿estás dispuesto a armarte de valor y pasar de la fantasía a la realidad?
My God. Tema complicado si los hay o ¿fetiche? Hay hombres homosexuales que sólo quieren estar con hombres heterosexuales y es lo único que los calienta.
Generalmente es gente que desarrolla una paciencia admirable y son maestros de las estrategias y de la manipulación. Algunos coronan y otros se hacen pajas pensando en esa verga heterosexual que no podrán tener nunca.
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Un hombre heterosexual, por definición, sólo está con chicas. Supuestamente no están interesados en tener ningún vínculo o experiencia homosexual pero según una investigación de la Universidad de Oxford realizada en una porción de la población británica casi el 95% de los heterosexuales encuestados tuvieron sexo homosexual alguna vez.
Y la escala podría llevarse a otros lugares del mundo, por el simple hecho de que la sexualidad humana es compleja y estamos avanzando hacia una tercera liberación sexual. De manera que no es extraño que la mayoría de hombres heterosexuales alguna vez hayan probado algo con el mismo sexo.
Lo que no quiere decir que son homosexuales o bisexuales por haberlo hecho. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la heterosexualidad se refiere a las personas que se sienten emocional, sexual y románticamente atraídas por otras del sexo opuesto. Es lo que son. Y eso no va a cambiar por experimentar sexualmente con otro hombre.
De manera, mis queridos amigos, que las cartas ya están echadas. Quien pretenda cambiar o enamorar a un hombre heterosexual puede enfrentarse a una gran decepción porque es como querer que tú, siendo homosexual, te enamores de una mujer.
Ahora, lograr tener un contacto sexual con él no es imposible. Hay que armarse de paciencia, y sobre todo, mucha estrategia. Debes armar un plan que no falle y eso requiere de, sobre todo, un cambio de paradigmas. ¿Cómo? Debes cambiar tu manera de acercarte.
Ni se te ocurra acortar camino y mandarle un zarpazo al paquete sin anestesia. Debes abonar el camino y hacer un proceso antes. Recomendamos hacerlo en un contexto de noche de copas o una cena en casa (no romántica) donde hables de intereses en común, compartas un porro que lo ablande, alcohol que le baje la guardia, te intereses por sus hobbies y, lentamente, lleves la conversación al tema sexual.
Los hombres, por naturaleza, somos bastantes calentones y más terrenales. Así que, puedes empezar charlando de deportes y terminar viendo una porno, haciéndose una paja mutua y quizá un oral. Todo depende de tu destreza con las palabras y de no enrarecer el ambiente con temas o acciones que lo hagan sentir incómodo. Ser precavido es clave.
¡Y atención! Algo muy importante: mide primero con quién estás tratando. No sea que termines con un ojo morado o en una situación incómoda o violenta por lanzarte sin tener una mínima seguridad. Con los heterosexuales nunca se sabe pero algunos pueden ser muy machistas y no aceptar un solo roce.
Otros pueden estar confundidos, o incluso sean homosexuales de clóset, lo que los hace peligrosos y erráticos. No se sabe cómo van a reaccionar porque están negando su posible homosexualidad y está comprobado que esto los hace ser bastante homofóbicos y reaccionarios.
Sí. Como pudiste ver (o has podido vivir) cogerte un heterosexual es mucho trabajo, pero para muchos vale la pena y como dicen las madres: el que quiere celeste, que le cueste.
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Koch.