Gay for pay, heteros curiosos, heteroflexibles… Con la excusa de fomentar el morbo e incentivar nuestras fantasías, la industria del porno se afana en perpetuar el estereotipo de asimilar masculinidad con heterosexualidad y usar eufemismos varios para maquillar la evidencia: las pollas se las comen igual por muchas etiquetas que les pongan.
Según la RAE la definición de heterosexual es la siguiente:
De hetero- y sexual.
1. adj. Dicho de una persona: Inclinada sexualmente hacia individuos del sexocontrario. U. t. c. s.
2. adj. Dicho de una relación erótica: Que se produce entre individuos de diferentesexo.
Luego un heterosexual es alguien que únicamente mantiene relaciones con el sexo contrario. ¿Qué son entonces esos chicos que trabajan en el porno gay pero se definen como heteros? Puede que gays, bisexuales, pansexuales o cualquiera de las múltiples sexualidades que cada semana nacen en twitter para categorizar cosas que, realmente, al final son mucho más sencillas. Pero ese es otro tema y otro debate. Lo que está claro es que alguien que, de manera continuada, mantiene relaciones completas con alguien de su mismo sexo, por mucho que haya dinero de por medio, no es heterosexual.
Muchos esgrimirán que, igual que muchos gays experimentan o incluso mantienen durante años relaciones heterosexuales, los heteros también pueden probar, tantear y dejarse llevar. Pero ese discurso es un arma de doble filo muy peligrosa que acaba derivando en una visión muy sesgada.
El proceso de descubrimiento y aceptación de los homosexuales, cuyas relaciones no están normalizadas aún en gran parte del planeta, no es equiparable al de los heteros. Un hetero no siente la presión de estar con una chica para quedar bien ante la sociedad. Un homosexual sí.
Porque finalmente todo se trata de lo mismo, del miedo a perder la masculinidad, del miedo a lo femenino, de homofobia interiorizada, de machismo, de heteropatriarcado y de inseguridades varias. Uno sabe siempre qué le gusta y qué no. Otra cosa es que quiera ser sincero consigo mismo o con los demás.
Sea como fuere, seguid disfrutando de la ficción pornográfica pero, por favor, derribemos este tipo de mitos absurdos que finalmente lo que hacen es despreciar la homosexualidad.
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