Como muchos de ustedes ya saben, Mingo y yo decidimos desde el principio de nuestra relación llevarla de manera abierta y aunque no pretendo tener la última palabra al respecto puedo hablarles, sin pretender ser un terapeuta de parejas, de lo que ha sido para mi (obvio no puedo hablar por Mingo) y sobre que podrían tal vez esperar. Después de casi dos años de relación hasta ahora esto es lo que he encontrado:
Hablar, hablar y hablar
Cuando uno decide tener una relación no monógama uno puede esperar muchas y largas conversaciones. Y no sólo se trata de contarnos todas las cochinadas que nos mandan por mensaje directo o enseñarnos las fotos que tan amablemente nos hacen llegar por WhatsApp. Me refiero a hablar de sentimientos. Hablar de lo que sentimos mientras estuvimos con otras personas, si la pasamos bien o no, si hubo algo que se movió dentro de nosotros.
Cuando tu novio tiene otras parejas sexuales además de ti es evidente sentirse amenazado (celos), como bien se lo dije alguna vez “Qué tal que te almuerzas una langosta y cómo vas a regresar a comer el mole de olla de todos los días en la casa”.
Me aterraba pensar que algún día pueda encontrar quien lo haga sentir algo que no sienta conmigo… pero ¿no es esa la idea?
Pues sí, efectivamente la idea es que viva cosas que conmigo no puede. ¿A qué me refiero exactamente? Vamos a ponerlo así, dado que yo soy más alto que el, hay cosas que físicamente no podemos llevar a cabo, así que generalmente buscamos lo que no tenemos en casa: El más chaparros y yo más altos.
¿Cómo combato los celos?
Primero no me canso de repetirle una y otra vez lo mucho que lo amo, todos los días al despertar y antes de que salga de la casa rumbo al trabajo. Si antes era cariñoso con mis exes ahora lo soy más. Todo el tiempo intercambiamos besos, abrazos espontáneos, risas y esto para mí, refuerza el gran amor que siento por el.
Saber escuchar
Creo que la parte más complicada al principio, fue escuchar sobre sus encuentros sexuales sin ponerme a la defensiva. ¿Qué sucedería si comienza a platicarme de lo bien o mal que le fue y mi respuesta es enojarme y atacarlo con preguntas? Lógicamente la próxima vez que le pregunte evitará contarme para evitarse el enojo. De la misma manera no responder con ataques cuando me comenta que algo que hice lo hizo sentir mal. Si algo no le gustó sus razones debe tener, las cuales yo escucho sin minimizar ni refuto diciendo que el hizo algo parecido en algún otro momento.
No puedo ser responsable de lo que siente, pero sí soy responsable de escucharlo y hacerlo sentir que le he dado la importancia al asunto que el le está dando.
Las reglas del juego
En las relaciones monógamas las reglas están dadas por sentado, sin embargo, en una relación abierta es necesario sentarse (literalmente) y hablarlas. No dejar nada al aire ni asumir nada. Todas las parejas abiertas que hemos conocido tienen sus propias reglas y ambos deben respetarlas. Esto no quiere decir que no sean negociables y una vez acordadas no puedan cambiarse. Cuando nosotros iniciamos pusimos como regla que sólo haríamos tríos, más adelante lo platicamos y decidimos que ya era momento de que cada quien podría “ocuparse” sin necesidad de que estuviera el otro presente con la condición de mantenernos avisados. Y no avisarnos para pedirnos permiso, sólo avisarnos para evitar insistentes llamadas al celular o visitas inesperadas. Así pues si sé que Mingo está “ocupado” pues no le llamo hasta que se desocupe.
También fue importante para nosotros establecer qué está permitido y que no al tener sexo con otras personas. ¡Y ser honesto al respecto!
Lo único que puedo asegurarles es que le tengo más confianza a él que a mis ex novios “monógamos”. No tenemos necesidad de mentir u ocultar si alguien nos gusta o nos está ligando.
¿Funcionan o no funcionan las relaciones abiertas?
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Créditos: EneHache