Un laboratorio llegó a plantearse la posibilidad de fabricar una ‘bomba gay’ y en Estados Unidos se ha culpado a las personas homosexuales de la sequía.
Se ha dicho que se podía curar, que estaba marcada por los abusos sexuales, que los blancos la llevaron al continente africano y que los hijos de familias gais presentaban problemas emocionales. Estos son los diez sinsentidos científicos más bochornosos que se han dicho sobre la homosexualidad.
La falsa influencia de las vacunas
Un experto en nutrición y en medicina natural italiano se hizo tristemente célebre después de una entrevista en la que defendió que las vacunas causaban la homosexualidad. “La vacuna es introducida en el niño, el niño crece e intenta encontrar su propia personalidad, y si esto es inhibido por el mercurio o por otras sustancias presentes en la vacuna que entran en el cerebro, el niño se convierte en gay”, fue la perla que regaló a todo aquel que leyera la entrevista.
La ‘bomba gay’
Planteada por el Laboratorio Wright, parte de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, bomba gay es el nombre que se utiliza para denominar un proyecto de arma química, teórica y no letal, que este laboratorio de investigación especuló con producir.
Según los documentos obtenidos por el proyecto Sunshine (una antigua ONG que trabajaba para evitar los abusos militares de la biotecnología), en 1994 se realizó una propuesta de tres páginas con una serie de posibles armas químicas. Una de ellas consistiría en un potente afrodisiaco que podría ser lanzado sobre tropas enemigas para que produjera “comportamientos homosexuales”.
El arma, además, era descrita como “desagradable pero completamente no letal”. Sin embargo, el laboratorio reconocía que no existían productos químicos de ese tipo.
El estudio que lo relaciona con abusos sexuales
Hay un estudio científico al que suelen recurrir los empeñados en asociar homosexualidad con abusos sexuales.
Publicado en la revista Archives of Sexual Behaviour, el texto defiende que un 46 % de los participantes homosexuales de la muestra sufrieron abusos sexuales frente al 7 % de los participantes heterosexuales.
Sin embargo, el trabajo ha sido tremendamente criticado por los expertos que señalan que no es un estudio clínico, que las muestras no son representativas, que no se reveló cómo fueron reclutados los participantes y por las contradicciones entre los resultados y la interpretación posterior de los autores.
Además, los cuestionarios para homosexuales y heterosexuales fueron distintos. Y aunque en el caso de los participantes homosexuales no se incluyó el término “abuso sexual” en las preguntas, luego sí que se cuantificaron las respuestas como confirmaciones de abuso. En definitiva, un estudio de chiste que, sin embargo, es enarbolado por los que se empeñan en asociar la homosexualidad con un abuso en la infancia.
La homosexualidad es una cosa de blancos
Robert Mugabe, jefe de Gobierno de Zimbabue desde 1987, es una de las voces públicas que defiende que la homosexualidad no es “africana”, sino que es “una enfermedad de hombres blancos”.
Según este político, fueron los blancos los que llevaron este tipo de “prácticas” al territorio. No es el único que piensa así. El continente está lleno de políticos que condenan la homosexualidad y que la consideran algo “no africano”.
De hecho, en 34 países del continente aún está prohibida. Por supuesto, los historiadores defienden que la homosexualidad ha estado presente en África desde hace siglos.
La supuesta cura de la homosexualidad de Masters
En 1979 William Masters y Virginia Johnson, dos investigadores sobre sexualidad (representados en la pequeña pantalla en la serie Masters of Sex), publicaban un libro llamado Homosexuality in Perspective. En el texto se hablaba de 12 casos de conversión en los que pacientes homosexuales se transformaban en heterosexuales gracias a una terapia.
Sin embargo, incluso antes de la publicación del libro, ya hubo dudas de que los casos fueran reales y el personal de la clínica de Masters afirmó a lo largo de los años que jamás trataron con esos pacientes.
En privado, la propia Johnson también expresó su preocupación por que Masters se hubiera inventado esa parte del libro y al final de su vida abogó por una revisión del texto. Las supuestas terapias para curar la homosexualidad jamás han sido probadas por la ciencia y en la actualidad son rechazadas por la comunidad médica a pesar de que distintas comunidades, normalmente con raíces religiosas, siguen publicitando este tipo de métodos.
Son los culpables de la sequía de California
Suena ridículo (porque lo es), pero hay quien cree que el apoyo del estado de California al matrimonio homosexual y a los derechos de la comunidad LGBT es una de las causas de las sequías que está sufriendo el territorio en los últimos años.
Bill Koenig, un reportero de World Watch Daily, una página que informa sobre la Casablanca, Oeste Medio e Israel, afirmó (entre otras cosas) que las posiciones que toma California sobre el aborto o el matrimonio eran contrarias a las escrituras por lo que las sequías eran probablemente un castigo de Dios.
También de las protestas de Baltimore
El republicano Bill Flores también decidió hacer una asociación ridícula relacionada con el matrimonio homosexual. Según este senador, el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo y la consiguiente “destrucción de la familia” eran la causa detrás de las protestas de Baltimore (una serie de incidentes ocurridos tras la muerte de un hombre afroamericano llamado Freddie Gray mientras se encontraba bajo custodia policial).
“Miren lo que está pasando en Baltimore”, dijo el republicano. “Los matrimonios sanos son los que se producen entre un hombre y una mujer, porque pueden tener una familia sana y criar a los hijos de la mejor manera para su futuro, no solo socialmente, sino psicológicamente, económicamente y desde una perspectiva sana”, concluyó.
Los homosexuales destruyen a los niños
Un obispo español ha soltado una perla homófoba, Casimiro López Llorente, al frente de la diócesis de Segorbe-Castellón, se llevó la palma al acusar a las parejas homosexuales de provocar un notable aumento de hijos con graves perturbaciones de la personalidad debido a que, según su testimonio, se desarrollaban en “un clima que termina con frecuencia en la violencia” y que “destruye la familia”.
Un comentario de los, por desgracia, muchos que se han emitido desde algunas diócesis.
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Créditos: El Español